Herencia divina que Dios nos hace que reciba el matrimonio. Así el hombre y la mujer contribuyen al arreglo de poblar la tierra habitada. Así lo comprende y lo aceptan el hombre y la mujer.Un hijo, una hijo...muchos hijos, constituyen una bendición del creador. Es el padre y la madre, quien o quienes tienen el sagrado deber de crear y cuidar de los hijos. Criarlos, educarlos y hacerlos hombres y mujeres de bien. Enseñarles el camino correcto y darles lo mejor de la educación.
Los buenos hijos agradecerán que Dios los puso en las manos y bajo el cuidado de unos verdaderos padres. De un buen matrimonio habrán de surgir buenos hijos, buenos hombres, buenas mujeres, que cosa tan grande y maravillosa observar a una familia bien constituida, con beneficios presentes y a un futuro glorioso.
Los hijos comprenden y agradecen que provengan de un hogar responsable. Todos somos hijos...hijos convertidos en padres, pero es bueno que sigamos siendo hijos buenos y agradecidos. Así lo aceptamos y lo extendemos a los hijos presentes. Hace algún tiempo leí: " El mundo fuera mejor si nosotros los padres hubiéramos aprendido a ser mejores padres. Que Dios bendiga a la familia!
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